Cuando enfrentamos una crisis empresarial es como cuando enfrentamos una enfermedad, como en estas en épocas de pandemia, hay que llamar a un especialista y en este caso hay que llamar a un Especialista en Recuperación Empresarial, ya que necesitamos conocer las causas, el diagnóstico y el medicamento, o lo que denominamos el plan de manejo de crisis.
Las oportunidades de éxito de un plan de manejo de crisis empresarial aumentan si se tiene profesionales cualificados en recuperación empresarial, que tienen la experiencia y la maestría para aplicar prácticas sanas de gerencia a los negocios en crisis.
Mientras que muchas compañías han optado por el “downsizing” como medida para recuperar su empresa, este por sí solo no es una decisión integral y tiene sus propias consecuencias adversas en cuanto que disminuye el número de ejecutivos preparados para asumir posiciones superiores dentro de la organización. Por otra parte, en un ambiente de negocios volátil, como el que se vive actualmente, puede darse que alguna vez gerentes exitosos y orientados al crecimiento puedan volverse administradores vacilantes que no pueden proporcionar una dirección clara durante períodos de decrecimiento.
Las leyes han aumentado la responsabilidad de los acreedores y con ello también ha aumentado la necesidad de tener una gerencia de plan de manejo de crisis externa a ellos. Con el Decreto 560 los bancos y demás acreedores podrán tomarse hoy el control de las compañías que estén en un peligro financiero serio. Hoy, las leyes ven esta acción como participación en el capital de las empresas y que mejor que un especialista en gerencia de crisis, actuando como encargado o consultor interino, para apoya a la administración de una compañía y asumir el control temporal de la toma de decisiones para conducirla hacia la estabilidad. Alternativamente, un profesional de gerencia de crisis puede hacer de consejero a la junta directiva de la compañía en crisis.
Un especialista de crisis incorpora a una compañía una mirada fresca y objetiva, puede resaltar los problemas que pueden no ser visibles a las personas internas de la compañía e implementar soluciones eficaces. Los encargados del plan de crisis no tienen ninguna agenda propia u otras obligaciones que puedan predisponer el procedimiento de toma de decisiones, a veces impopular, pero necesario, y que se tomen los pasos requeridos para la supervivencia de una compañía.
La experiencia de un encargado en planes de crisis dentro de una industria en particular es menos importante que su experiencia en situaciones de crisis cuando una compañía está enfrentada a la liquidación o la pérdida de millones en ingresos. Un profesional de plan de crisis debe tomar decisiones críticas rápidamente para contener el desangre financiero y para dar la mejor oportunidad para su recuperación.
Cuando se actúa en el ojo de la tormenta, un especialista en crisis debe ocuparse equitativamente de los acreedores, de los empleados, de los clientes, y de la junta directiva. Ésta no es claramente una tarea para una persona sin resolución. Los empresarios que se encuentran en un negocio en crisis a menudo pasan por las mismas etapas emocionales que la gente que se enfrenta a una perdida: negación, cólera, depresión, y finalmente aceptación. En la última etapa es cuando la mayoría de las empresas emplean a profesionales de crisis, a menos que se ven forzados a hacerlo antes por un acreedor, un inversionista de capital o por un promotor bajo una ley de insolvencia.
Los directores de empresas que reconocen la crisis y consiguen ayuda en las primeras etapas tienen una oportunidad mayor de una recuperación exitosa para su compañía.